Brindar por la muerte
LA MURALLA ( Un monólogo anacrónico posible ) Recuerdo todavía que nosotros, niños aún, nos agrupábamos en el jardín del maestro para levantar con piedritas una especie de muro, y que el maestro se remangaba la túnica, arremetía contra el muro, lo hacía pedazos y vociferaba tan fuertes reproches acerca de la fragilidad de la obra que nosotros huíamos llorando en busca de nuestros padres. Franz Kafka, La Muralla China Ya está Negro, ya lo hice. Era lo que tenía que hacer al final. Era lo mejor. Ahora estoy más tranquilo ¿sabés? Tranquilo como tiene que estar un tipo. Ella quizá piensa que soy eso que dicen ahora, un macho patriarcal. Viste lo que piensan las minas, no se entiende Negro. Pero mirá que me atrae toda la perorata feminista. Las minas empoderadas me calientan. Pero después viste lo que pasa. Las querés atar, porque una vez que te conquistan ¿qué sabés? Tan empoderada estás que ¿qué vas a hacer?, ¿vas a andar por ahí? No pude con eso Negro. La mi